Terapia Breve y Cursos

10
mayo
2017
10 mayo 2017

5 nuevos principios de Steve de Shazer para la Terapia Breve Centrada en Soluciones

Sabemos quién fue Steve de Shazer: una persona curiosa, deudora de una tradición terapéutica que no tuvo reparo en reconocer y con la que tampoco tuvo reparo en romper cuando el conocimiento y aprendizaje indicaban nuevos descubrimientos. Diferentes etapas de trabajo atravesaron la vida intelectual de este hombre que partió físicamente en el año 2005 dejando lo mejor que puede dejar una persona: un legado.

En More than miracles: The State of the Art of Solution-Focused Brief Therapy, el libro póstumo que escribió Steve junto con Yvonne Dolan, Insoo Kim Berg, Terry Trepper y Eric McCollum, a sus ya tres famosos principios (“Si no está roto, no lo arregles”; “Si algo funciona, hazlo más”; “Si algo no funciona, haz algo diferente”), Steve añade finalmente otros 5:

1. Pequeños pasos pueden provocar grandes cambios

La terapia fue concebida por Steve como un enfoque minimalista. Construir soluciones es un proceso que típicamente se acompaña de una serie de pequeños y manejables pasos para alcanzar el cambio; cambios que se amplían y gradualmente producen cambios sistémicos. Ayudar a las personas a llegar a la solución a través de pequeños pasos hace que las personas comiencen a hacer cosas de manera gradual.

2. La solución no se relaciona necesaria ni directamente con el problema

O como señalaba el propio de Steve: “La solución, muchas veces, llega antes que el problema”. A diferencia de otros enfoques que conocen el cambio como resultado de conocer primero el problema para después encontrar una solución que se relacione, la Terapia Breve Centrada en Soluciones (TBCS) desarrolla la conversación intentado conocer primero qué es lo que la persona desea que sea diferente en su vida cuando el problema se haya resuelto. Terapeuta y cliente trabajan para conseguir un objetivo común, que es importante para el cliente. Luego identifican experiencias en la vida de la persona que señalan, aunque sea mínimamente, que aquello que desea sucedió en algún otro momento, indicando que la persona conoce y sabe cómo resolver este problema. La TBCS no se ocupa de analizar los patrones disfuncionales de interacción ni los orígenes del problema o la “patología” del cliente. Aunque alguno de estos factores pueda resultar interesante y hasta tener alguna influencia en el cliente, la TBCS se enfoca casi exclusivamente sobre el presente y futuro.

3. El lenguaje que necesitamos para desarrollar una solución, es diferente del lenguaje que necesitamos para describir un problema.

El lenguaje de los problemas tiende a ser muy diferente al lenguaje de las soluciones. Siguiendo a Wittgenstein -una de los filósofos favoritos Steve- “El mundo de la felicidad es muy distinto al mundo de la infelicidad”. Como es usual, hablar de problemas resulta negativo y problemático y describir los orígenes del problema a menudo contribuye en la permanencia del problema.
El lenguaje de las soluciones, en cambio, es usualmente más positivo, esperanzador -como señalaron algunos alumnos y alumnas del curso online cuando desarrollaron un ejercicio con la pregunta del milagro: genera una sensación de tranquilidad y seguridad que genera posibilidades y soluciones reales y factibles: la rigidez se vuelve flexible y se abren puertas; el buen ánimo y la búsqueda de cambios pequeños, fáciles, generan a su vez, como efecto bola de nieve, cambios mayores, hasta la consecutiva construcción de una nueva realidad -, que señalan la fugacidad del problema.

4. Los problemas no ocurren todo el tiempo: siempre hay excepciones que pueden ser muy bien utilizadas

Este principio, siguiendo la idea de la fugacidad del problema, refleja una de los abordajes más comúnmente usados: las preguntas para encontrar excepciones, ya que siempre existe una excepción al problema, por más pequeña que resulte. Nuestra tarea es colmarla de detalles para ser usadas para construir pequeños diferencias útiles.

5. El futuro es co-creado y negociado

Este principio ofrece, para Steve, “una sólida base para la práctica. Las personas no son vistas como encerradas en un conjunto de comportamientos basados en una historia, un estrato social o un diagnóstico psicológico. Con un fuerte apoyo en el construccionismo social, este principio sugiere que el futuro es un lugar esperanzador, donde las personas son los propios arquitectos de su destino”.

CONCLUSIÓN

En el libro, Steve menciona 3 razones por las que la TBCS puede ser considerada también como una terapia sistémica:

1. Generalmente los terapeutas se ocupan de trabajar con parejas, familias, e incluso individuos, que pueden -desde la metáfora sistémica-, ser consideradas como sistemas, y los terapeutas toman a menudo una decisión acerca de quiénes también pueden participar, además de la persona que llega a consulta.

2. Es sistémica porque las soluciones son exploradas en la interacción, esto significa que toda historia -las excepciones y el cambio- envuelven también a otras personas  (familia, colegas del trabajo, amigos, etc.)

3. Es sistémica porque un pequeño cambio puede generar otros cambios que amplían las posibilidades y la historia personal.

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Jorge Ayala