Terapia Breve y Cursos

28
abril
2017
28 abril 2017

¿Qué NO es Terapia Breve Centrada en Soluciones?

Vas a encontrar cientos de artículos y papers si colocas en Google “¿Qué es la Terapia Breve Centrada en Soluciones?”  Hallarás información útil para tu trabajo. Pero es probable que no encuentres un sólo artículo donde puedas aprender lo que NO es la Terapia Breve Centrada en Soluciones. Y es que con cada interpretación personal o cada lectura que uno hace la historia va cambiando y muchas veces termina reduciendo sus posibilidades de entenderse bien. Algunos de los malentendidos que con más frecuencia he llegado a oír y no forman parte del ideario que rodea la Terapia Breve Centrada en Soluciones, son estos:

1. Se trata de animar a las personas a ser positivas

Pues no, no se trata de eso. Cuando en Terapia Breve Centrada en Soluciones hablamos de enfocarnos positivamente nos referimos a explorar y hallar los recursos que poseen las personas y no a ser desmesuradamente optimistas y dar aliento sin razón alguna. No podemos hacer afirmaciones sobre algo que no hemos indagado y alcanzado su conocimiento.

2. Sus logros son superficiales

“¿No cree que el enfoque centrado en soluciones es demasiado superficial?”, le preguntaron a Steve de Shazer; él respondió: “Espero que no sea tan profundo como esa pregunta”.

Que carece de efectos reales de cambio porque no se ocupa “verdaderamente” del problema es otra perspectiva creada desde el pensamiento que señala que para que ocurra el cambio debemos ocuparnos del problema, “profundizando” en las causas hasta hallar el origen y desde ahí ayudar a las personas a crear lo necesario. Si la solución no tiene -generalmente- relación directa con el problema: ¿para qué ocupar tiempo en el?

3. Es sólo una moda actual

Sabemos desde el trabajo de pioneros como Freud, Ferenczi y Rank, que las personas acuden sólo a unas cuántas sesiones de terapia. Desde los años 30 la literatura nos ha mostrado que la terapia breve era entendida, entonces, como una modalidad de trabajo. Así que, aunque podamos afirmar que la terapia breve centrada en soluciones tiene su origen en el trabajo de Milton Ericsson y posteriores desarrollos del MRI y Steve de Shazer e Insoo Kim Berg, se venía practicando terapia breve desde años anteriores. Diversas investigaciones han dado cuenta que el promedio que mantiene una persona en consulta es 6 sesiones. ¿Para qué ir por más?

4. El Terapeuta limita el tiempo

El terapeuta centrado en soluciones no prescribe un número determinado de sesiones, cada proceso marca su destino. Si bien podemos obtener resultados útiles en menos tiempo, la brevedad es siempre efecto de la forma en que nos posicionamos en la conversación. Jerome Frank. en su libro Persuasion and Healing: A Comparative Study of Psychotherapy”, afirma: “La duración de la terapia parece depender en gran medida de las expectativas del terapeuta”. De manera que tanto terapeutas que practican una terapia de larga duración y terapeutas que practican terapia breve, “obtienen resultados según su propio marco de referencia”. Hay diferentes estudios que indican que las expectativas del cliente acerca de la duración de la terapia son influenciables y, paradójicamente, cuando se les menciona que existe un número máximo de sesiones disponibles y suelen usar un presupuesto económico proyectándose en este número, concluyen la terapia, mientras que cuando no se les menciona un número específico ni tentativo de sesiones de trabajo tienden a dejar la terapia antes de terminarla.

5. Rechaza la necesidad de las personas de ser escuchadas

Algunas personas eligen hablar del problema y remontarse hacia el pasado para situar las circunstancias por las que vienen a consulta. Ningún terapeuta le negará esta posibilidad. Si bien la Terapia Breve Centrada en Soluciones se enfoca en el presente y futuro, podemos reconocer el pasado cada vez que sea necesario para la persona pero sin convertir el pasado en un fetiche ni enfocar exclusivamente la atención ahí. Preferimos movernos del problema hacia la solución pero sin negar cada necesidad de las personas de remontar su relato hacia el pasado.

6. Se trata únicamente de hacer la pregunta del milagro

“Al cliente le resulta difícil encontrar soluciones, así que moví el trabajo hacia otro enfoque”, es otra de las acostumbradas afirmaciones de quienes no han entendido bien el trabajo. “El cliente se encuentra muy atrapado en el problema así que decidí utilizar otro modelo”. “Es incapaz de imaginar soluciones”. Incluso algunas personas señalan que resulta muy ofensivo hablar de milagros cuando estamos frente a una persona que atraviesa una situación realmente difícil. La pregunta del milagro es para nosotros un dispositivo y no una oportunidad de ofrecer una esperanza de que efectivamente un milagro sucederá y cambiará las cosas. Tampoco se trata del elemento principal sobre el que giran todas las conversaciones; como afirma Mark Beyebach cada vez que tiene la oportunidad en un seminario, “la pregunta del milagro es sólo el comienzo” de algo más complejo. También hay una percepción equivocada cuando se afirma que el propósito es diseñar una solución para la persona, es decir, que tiene que salir de la consulta con una solución para el problema. Lo que llamamos “soluciones” son más bien posibilidades que han sido creadas en la conversación considerando situaciones exitosas del pasado o situaciones imaginarias en el futuro. El proceso de construir soluciones tiene que ver con el descubrimiento de recursos, fortalezas y habilidades usadas en estas situaciones útiles. No se trata de ofrecer una lista de opciones diseñadas por el terapeuta para acabar con el problema y que se convertirán en “la solución”.

7. Busca las soluciones y será suficiente

Las soluciones no se buscan, se construyen. No es lo mismo preguntarle a una persona “¿Cuál crees que será la solución para acabar con esa situación?”, que preguntarle “¿Cómo imaginas que estarás viviendo cuando hayas alcanzado superar esta tristeza?”

Son dos preguntas distintas y dos modalidades diferentes de aproximarse a una solución. Algunas personas creen que se trata únicamente de preguntar por la posible solución y ya está. ¡No! E incluso, cuando las personas responden negativamente, señalando que no tienen la menor idea, afirman que están “con una persona a la que le cuesta encontrar una solución”. Nada de eso tiene que ver con construir soluciones.

8. Un enfoque que carece de investigaciones

Averígualo tú misma/o: http://www.solutionsdoc.co.uk/sft.html

CONCLUSIÓN

Hablar de soluciones en Terapia Breve Centrada en Soluciones puede reducirse con frecuencia a responsabilizar a las personas por no encontrar una solución al problema. Por no encontrarse con capacidad ni interés para el cambio. Pero estas ideas están lejos de lo que verdaderamente informa nuestro trabajo. No se trata de imponer el optimismo ni de animar a superar dificultades. Hacerlo así es totalmente deshonesto. Construir soluciones requiere de un terapeuta capaz de reconocer con claridad los principios rectores y llevarlos a la práctica, permanentemente.

Y tú, ¿cuál de estos malentendidos escuchas frecuentemente?

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Jorge Ayala