Terapia Breve y Cursos

4
octubre
2019
4 octubre 2019

¿Es imprescindible la Pregunta del Milagro en Terapia Breve Centrada en Soluciones?

¿Compartes la pregunta del milagro y no obtienes respuesta? ¿Las personas te responden con un “no sé” y te bloqueas? ¿Te cuesta obtener respuestas a tus preguntas cuando intentas explorar el destino de la terapia? ¿No encuentras descripciones útiles para indagar el futuro deseado?

Si alguna de tus respuestas es un Sí, quédate un rato por aquí porque hoy develamos una gran pregunta: ¿es necesario e imprescindible compartir la pregunta del milagro?

Estoy convencido de que para responder preguntas relacionadas con el futuro deseado, entre ellas la pregunta del milagro, es necesario crear las condiciones adecuadas; enumero dos de ellas:

1. Compartir una presentación útil de nuestro trabajo y, sobretodo, de quiénes somos. Las personas en consulta tienen derecho a la información y es necesario compartir con las personas el ideario de nuestro trabajo, para que las personas sepan que pueden esperar de nosotros y que esperamos nosotros de ellas. Esto permite tomar una decisión y, con esto, asumir responsabilidad por el proceso.

2. Habernos ocupado de que la relación y la conversación, en sí misma, haya generado suficiente confianza y, con esto, consecuentemente esperanza, que se instala en una conversación y a lo largo de la relación terapéutica cuando somos capaces, entre otras cosas, de hablar de nuestros gustos, preferencias, deseos y, sobretodo, cuando hemos iniciado útilmente la relación terapéutica al margen del problema.

A Steve de Shazer, en un taller luego de ver una de sus sesiones, le preguntaron porqué no había usado la pregunta del milagro y Steve respondió de esta manera:

Es difícil hacer la pregunta del milagro y no era necesario”.

La pregunta del milagro es una más de las preguntas que podemos hacer para animar a las personas a establecer un destino e imaginar el futuro deseado. Pero no es una pregunta imprescindible, podemos excluir la pregunta del milagro de una conversación si esta no es útil y no se acomoda al contexto de la conversación. Hay terapeutas que establecen un idilio incondicional con la pregunta del milagro y disponen de esta en cada conversación, descubriendo que, en ocasiones, no tiene ninguna utilidad, y aparecen los problemas.

Existen otras maneras de compartir preguntas de proyección al futuro. Estas pueden ser algunas preguntas alternativas.

¿Qué esperas que ocurra como resultado de nuestra conversación?

¿Cómo te darías cuenta que ha sido útil?

¿Cuales serían las primeras señales que te harían saber que nuestra conversación ha sido útil?

Cómo imaginas tu vida como resultado de todo eso?

Lo importantes es diseñar la pregunta adecuada para el contexto personal y también de la conversación. Si verdaderamente ponemos atención a escuchar vamos a identificar cómo se mueve esta persona y de qué manera jugamos con el lenguaje porque lo que establecemos con el lenguaje es un juego, la pregunta del milagro plantea un juego particular con el lenguaje lo mismo que las demás preguntas de proyección al futuro, así qué hay preguntarnos qué juego estamos jugando.

¿Un juego en que la persona va trazando las reglas, las mecánicas, su uso, los caminos sobre los que podemos elegir tomar decisiones y construir? 

¿O estamos haciendo esfuerzos porque jueguen un juego pre-establecido por nosotros mismos sin considerar lo que pueden ellos y ellas ofrecernos?

Es cómo la aproximación qué hacemos a un juego de mesa que se nos presenta con un tablero que define un territorio y un lenguaje que va estableciendo los caminos que podemos seguir, las mecánicas que podemos usar para elegir sobre esto una estrategia y tomar decisiones, siempre considerando las reglas y el lenguaje que el juego determina.

Lo mismo ocurre en nuestras relaciones terapéuticas, la consulta es un encuentro de co-construcción que privilegia una aproximación donde son las personas las que definen el camino a seguir, son las personas las que definen el territorio a explorar. Es la persona la que nos alienta a descubrir mecánicas para elegir sobre una estrategia y poder tomar decisiones de diseño. Porque cada cosa que hacemos y cada pregunta y también cada devolución exige tomar decisiones de diseño.

Si las personas no responden a la pregunta del milagro hay que cambiar de pregunta y hay que pensar más en términos de creación del futuro deseado usando el propio contexto y marco de referencia lingüístico de la persona.

Yo creo que cuando de inmediato una persona responde que no sabe o no cree que la situación pueda cambiar, hay que confiar en esta respuesta y ser pacientes. Hay que continuar con nuestra intención de explorar el futuro deseado pero hay que hacerlo de otra forma.

Cuando alguien me responde con un “No sé”, yo confío en ese “No sé” pero me gusta crear oportunidades manteniendo la calma, el silencio y contando hasta 10 0 15 mentalmente para que la persona tenga tiempo de pensar y cambiar de opinión.

Y tú, ¿cómo resuelves esta situación? ¿Cómo responden a un “No sé”? ¿Has llegado a pensar que la pregunta del milagro era imprescindible? ¿Qué piensas ahora?

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Jorge Ayala