Terapia Breve y Cursos

11
enero
2019
11 enero 2019

Los desafíos de la pregunta del milagro en Terapia Breve Centrada en Soluciones

Los desafíos de la pregunta del milagro en Terapia Breve Centrada en Soluciones

A menudo me preguntan cómo se debe compartir la pregunta del milagro y cómo deberían de continuar con la conversación cuando la persona no señala algo concreto, útil y visible con lo que se pueda trabajar. Yo creo que la pregunta sobre cómo debemos hacer la pregunta del milagro es la pregunta equivocada; debemos de sustituirla por otra mejor:

¿Me resulta útil usar la pregunta del milagro ahora, en este momento?

Sobre la pregunta del milagro se han planteado varias cosas y una de las dudas es si debe o no tener presencia en una conversación y en qué momento. Yo creo que resulta útil también preguntarse: ¿debo hacerla?

Porque antes de hacer la pregunta del milagro es necesario considerar si resulta útil o no en el contexto de la conversación.

Hay que recordar que la pregunta del milagro es una pregunta de proyección al futuro con la que buscamos idear los sucesos que conformarán el futuro deseado y nos señalarán que vivimos la vida que estamos deseando, la vida que preferimos. En cuanto algo empieza a imaginarse empieza a suceder porque la orientación futuro guía nuestro comportamiento actual. Cuando nos proyectamos hacia el futuro no sólo estamos compartiendo una serie de sucesos sino también estamos hablamos de nuestras esperanzas y deseos.

Yo creo que un gran problema ha sido compartir y enseñar la pregunta del milagro como una técnica desvirtuando completamente la actitud que la formó y creó. Enseñarla meramente como un recurso sin entender el contexto en que se desarrolló puede ser limitante.

La pregunta del milagro es una creación de Insoo Kim Berg que resulta de un comentario que le hace en un momento un consultante que atravesaba un consumo problemático de bebidas alcohólicas:

"Sólo un milagro podría acabar con este problema"

Insoo, al escuchar esto, responde con una pregunta considerando algo esencial: el uso del lenguaje del consultante y su marco de referencia.

Sabemos por las investigaciones donde se ha usado el microanálisis de la comunicación, de que Insoo, cuando diseñaba una afirmación o una pregunta para compartir, buscaba que su contenido tomara una a una cada palabra que había dicho cada consultante para poder crear con la pregunta o afirmación un entendimiento más útil en consonancia precisamente con estos principios: la utilización del lenguaje del consultante y su marco de referencia.

Insoo añadía poco a nada de sus propias palabras o su imaginación y mucho menos su interpretación. Buscaba usar precisamente lo que acababa de oír en sus propios términos y lenguaje. Y como la pregunta en ese momento resultó tan útil evidenciando una respuesta que no era para nada ajena al contexto de la vida de la persona, decidieron continuar usando la pregunta del milagro como una pregunta de proyección al futuro.

Sin embargo, si pensamos en otras preguntas de proyección al futuro, podemos pensar también que la pregunta del milagro es sólo una más de las muchas preguntas que podamos hacer. Puede o no crear sentido, eso dependerá de la persona y de cómo elijamos hacerla. Yo he descubierto que lo más útil es que esa pregunta de proyección al futuro que compartimos sea una pregunta que tenga sentido con la experiencia vital de las persona. Preguntas como:

Supongamos que esta conversación te resulta útil y el día de mañana empiezas a notar que ese problema que te trajo a ti no tiene presencia en tu vida…¿qué empezarías a notar que es diferente?

¿Qué esperas que ocurra como resultado de nuestra conversación? ¿Cómo notarías que eso sucede? ¿Qué estarías haciendo distinto? ¿Qué harías que no vienes haciendo ahora? ¿Qué sería diferente?

Supongamos que mañana despiertas y las cosas se han puesto mejor, realmente mucho mejor. ¿Qué sería lo primero que notarías? ¿Qué empezarías por hacer? ¿Cómo y en qué cambiaría tu vida?

Y podría seguir enumerando más preguntas y podría pasarme todo el día inventándolas, pero lo más importante es precisamente eso: considerar que la pregunta de proyección al futuro debe adaptarse al consultante y no a nuestras expectativas por el uso de una técnica o el uso de un recurso determinado que forma parte de un protocolo.

Tampoco debemos aproximarnos con preguntas diseñadas a priori. Cuando leas en una guía o referencia que llega el momento de hacer la pregunta del milagro considera que la verdadera pregunta que tienes que hacer es una de proyección al futuro que ayude a cada consultante a describir el futuro deseado. Si empiezas a considerar que la pregunta del milagro deja de tener interés y no descubre lo que deseas cada persona, entonces cambia de pregunta y empieza a considerar la pregunta del milagro como una pregunta más y no la compartas como si fuera una condición sine qua non para continuar con la conversación.

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Jorge Ayala